miércoles, 3 de junio de 2015

Tengo miedo.

Parece que estoy rondando la caída, parece que me estoy acercando al filo de la hoja, al borde del precipicio... y tengo miedo. Sé que no es miedo a caer, he caído miles de veces antes y después de tanto tiempo no me extrañaría que volviera a pasar. Pero esta vez es distinto: esta vez, tengo a unos padres preocupados, vigilantes, que a la mínima sospecha son capaces de rebuscar hasta en el lugar más inhóspito para ver que sigues estando limpia; esta vez tengo a alguien a mi lado, alguien con el que tengo un compromiso, alguien que no se merece esto, alguien que ya tiene bastante encima como para aguantar a alguien mentalmente inestable; esta vez, estoy a dos semanas de hacer 6 exámenes que decidan el futuro de mi vida, para los que debería poner todas mis ganas y no debería distraerme en minucias como esta.
Tengo miedo, muchísimo. Esta vez, y sin que sirva de precedente, no es miedo a la sangre; es miedo a que el poco mundo que he conseguido levantar desde la última vez se derrumbe con esta caída.

No hay comentarios:

Publicar un comentario