miércoles, 16 de marzo de 2016

La belleza que importa

Estoy cansada de hablar con alguien acerca de una persona importante en mi vida, de alguien a quien quiero o de la persona que me gusta, o de alguna de mis amigas y que me digan: "no se cómo puede caerte tan bien, si es horrorosx" "¿como puede gustarte? Pero si es horrible"

¿DE VERDAD? ¿EN SERIO HEMOS LLEGADO AL PUNTO DE QUE SI NO ERES BARBIE O SU INCREÍBLE KEN NO TIENES DERECHO A UNA OPORTUNIDAD?

Paso los días intentando entender cómo puede funcionar vuestro cerebro para decidir si una persona es interesante o no sólo por cómo es por fuera, por cómo va vestido o por el peinado que tiene. ¿De verdad merece la pena vivir ignorando a todas las personas que no tienen un físico que encaje en el ideal de belleza que tienes establecido para todos tus amigos?

La belleza interesante, la que gusta, la que enamora, la que de verdad me parece necesaria en este mundo y la que a veces no sabemos apreciar, está mucho más escondida que una camiseta estrecha y unos shorts o que un par de tatuajes, porque la verdadera belleza llena el alma de quien la tiene y de las personas con las que la comparte, porque cuando hablas con alguien integro, decente, con principios y con ganas de vivir, que propone una conversación interesante y que es capaz de hacerte sentir viva sólo con palabras, sientes que son tan bellos por dentro que tengan el físico que tengan, enamorarían a cualquiera.

Puestos a decir la verdad, no niego que yo sea superficial, porque al fin y al cabo a veces nadie puede evitar serlo, pero tengo que decir también que soy capaz de dar esa oportunidad, de no alejarme de alguien por su físico, incluso de hablar con cualquier persona sin importar su apariencia, porque si hay algo que Sabina me enseñó es que si el mundo fuese ciego, yo quiero seguir impresionando a la gente y que, si a veces me hago la ciega y aparto los prejuicios de mi vida, hay personas que me sorprenden más que cualquiera de los pivones que tenéis por amigos, que quedan genial en las fotos, pero que aburren hasta a las piedras.


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