sábado, 27 de diciembre de 2014

Tírate a la piscina, de cabeza.

Y con el rimmel corrido, el dolor de sentir la cabeza enturbiada por el alcohol y otras sustancias, incluso así, me encantaría estar ahora mismo contigo.
Abrazarte, darte besos, decirte todos los días lo mucho que te quiero, y por supuesto demostrartelo. Todo eso y más, para esa persona tan especial que ha hecho que tenga ganas de levantarme por la mañana, por seguir adelante con todo esto y por estar con él...
Pero esa persona no existe. No existe mi final feliz, no existe mi pareja perfecta; o quizá sí.
Puede que esté ahí fuera esperando a que yo sea la que se el paso, a que yo sea la que decida donde, cómo y cuándo debe comenzar nuestra historia.
Así que a partir de ahora esta prohibido no tirarse a la piscina, no arriesgar por el otro, porque el que no arriesga no gana y el no ya lo tienes asegurado como respuesta, solo tienes que intentar alcanzar el sí.

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