miércoles, 18 de noviembre de 2015

Buscar o ser encontrado.

Me paso la vida buscando y buscando al amor de mi vida;  buscando a la persona con la que enamorarme, con la que sentir, con la que olvidarme de todo y de todos... quizá ese sea mi problema, que no paro de buscar.

Te busco constantemente, sin parar, sin descansar ni un segundo. Salgo a la calle y me planteo que toda persona con la que me cruzo puede ser el amor de mi vida, aunque ninguno de los dos lo sepamos todavía. Es frustrante, porque pienso que en cada persona en la que he depositado la esperanza de enamorarme, se ha ido un pelllizquito de mi alma, de mi amor, de mis ganas de estar con alguien...

Quizás sea por eso que cuando me canso de buscar en la gente que me queda por conocer, echo la vista atrás y empiezo a plantearme si no habré conocido ya a la persona con la que debería estar y la he dejado pasar. Por eso rebusco entre viejas agendas de teléfono y en contactos olvidados en redes sociales, quizás por eso no hay un dia en que no me acuerde de muchos de los que ya han pasado por mi vida y me pregunto si a lo mejor ellos deberían seguir aquí presentes, si quizás los dos hemos tirado por la borda la oportunidad de sentirte completamente realizado, en lo que a amor se refiere.

No sé, quizá busque demasiado, quizás me centre demasiado en los que han pasado y en los que pueden pasar en el futuro, y no me centre en los que están pasando ahora y no les estoy dando la oportunidad.

Quizá debería dejar de preocuparme tanto por el amor, quizá debería dejar de forzarlo, quizá debería dejar que él por su cuenta me encuentre.

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