domingo, 1 de diciembre de 2013

Ranas confundidas

Esa sensación, maravillosa sensación de hecho, que sientes cuando una persona que creías que te había olvidado, que según tú había perdido el poco interes que tenía en ti, vuelve a tu vida.
Vuelve. No sabes si para quedarse o si quizás ha vuelto para hacerte incluso más daño del que hace ya casi un año te hizo.
Lo cierto es que.. ha cambiado. Está más alto, más guapo; y lo más importante, más maduro. Por circunstancias de la vida ha tenido que dejar de ser un niño, que con su edad ya tocaba dejar de ser renacuajo para convertirse en rana.
Si, rana. Porque has besado muchos sapos y ranas, y quien sabe cuantos te quedan por besar antes de que la rana adecuada se convierta en tu principe.
Puede que esta rana no sea la adecuada, pero espero que sepa que ha dejado huella. Ha dejado la huella más grande que alguien ha dejado nunca en mi corazón. Le he regalado demasiados pensamientos, y espero que no dude que lo seguiré haciendo, porque siempre he creído en las segundas partes y en los finales felices, y que toda rana con el beso preciso puede convertirse en principe.

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