jueves, 15 de enero de 2015

Sonreír

Sonrío todos los días porque creo que es verdad eso de que un día sin sonrisa es un día perdido, pero no siempre porque esté feliz. Simplemente a veces finjo esa media sonrisa, le hago una mueca a mi presente diciéndole que el pasado me dio motivos para estar contenta hoy y las esperanzas de futuro me los dan para no sentirme aturdida ni agobiada por las circunstancias del momento.
Porque algo que tengo 100% seguro es que todas las sonrisas que he soltado al final del día que eran mentira, en las que hasta dolía la cara porque durante el día había fracasado tantas veces o me habían decepcionado tanto, que mis facciones se habían deshabituado a sonreír, iban a ser recompensadas en un futuro no muy lejano.
No tenía porque ser en forma de felicidad inmensa, ni mediante enormes acciones que me dejaran boquiabierta, sino que sería a través de un pequeño gesto, unas pocas palabras, una leve mirada... que incluso llenándome de satisfacción por unos momentos, me haría feliz por mucho tiempo, y haría que todo lo malo ocurrido hubiese válido la pena para ser feliz en aquel preciso instante.

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