domingo, 10 de abril de 2016

Un atisbo de esperanza que no sabes donde te llevará.

Y crees que lo has superado, y que tanto tiempo después nada de lo que haga va a hacerte sentir que vale la pena sentir que vale la pena seguir luchando por él, y que lo mejor es tirar la toalla y seguir adelante con tu vida, porque él no va a cambiar y tu estás cansada de esperarlo.

Pero entonces, pasa; una llamada, un mensaje, algo: algo cambia. No sabes qué hacer, creías haberlo olvidado y sin saber cómo ni por qué, ha vuelto a ocupar de lleno todos y cada uno de tus pensamientos y, aunque parezca mentira, empiezas a creer en que queda un poco de esperanza, que existe la posibilidad de que haya un cambio.

Te cuentan cómo lo ven, cómo habla de ti o cómo, cuando habla contigo, se le ilumina la cara y le sale esa sonrisa tonta que todos hemos intentado evitar más de una vez. Además, en los peores momentos, entiendes que cuenta contigo, que eres uno de sus mayores apoyos y que, aunque haya ignorado a todo el mundo, siempre podrás aparecer tú, porque a ti nunca te cerraría las puertas.

Yo no sé si está cambiando, no se si están avanzando las cosas o si todo va a segur igual, por eso sólo quiero pedirte una cosa: no te lances al vació de lleno, porque puede que él no te acompañe completamente en la caída, o que finalmente no esté abajo esperando para recogerte y que no te vuelvas a dar la mayor hostia de tu vida.

Ve con cuidado, con cautela, porque aunque sea obvio que un cambio hay, y que hay algo entre vosotros que muchos otros querrían y que muy pocos tienen, tienes que asegurarte de que los dos estáis dispuestos a arriesgar, y que si en algún momento te das cuenta d que ese atisbo de cambio se pierde y sigue siendo igual, mires hacia otro lado y lo dejes de una vez atrás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario